Boletín. La salud mental a través de las diferencias

Contenido:  
Salud mental a través de las diferencias
¿Cómo mejorar el apoyo de salud mental para las minorías?
¡Está atento!
Lecturas adicionales
Obtenga el manual sobre violencia de género
Próximos Eventos

Queridas y queridos colegas,

Varios estudios han documentado las desigualdades en cuanto al acceso a la atención de salud mental para personas que pertenecen a diferentes grupos minoritarios en contextos de guerra, conflicto o migración, así como la falta de capacitación y conciencia entre los profesionales o ayudantes que brindan apoyo psicológico a estos grupos. Esta ausencia de conocimiento sobre las identidades culturales puede acabar socavando la salud mental de las personas.

Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos una minoría es cualquier grupo de personas que constituye menos de la mitad de la población en todo el territorio de un Estado y cuyos miembros comparten características comunes. Por lo general, se habla de cuatro categorías: nacionalidad, etnicidad, religión y lengua, a menudo se combinan algunas de ellas. Las minorías deben disfrutar por igual de todos los derechos humanos establecidos en los nueve tratados principales de derechos humanos, en particular, la protección de su existencia como minorías; la no discriminación; el disfrute de su propia cultura, religión e idioma; la participación efectiva en la vida cultural, religiosa, social, económica y pública; la participación efectiva en la toma de decisiones; el mantenimiento de sus propias asociaciones; contactos y relaciones a través de las fronteras (Sobre minorías y derechos humanos | OHCHR). Es importante que los ayudantes y otras personas que colaboran y apoyan a individuos pertenecientes a diferentes minorías tengan en cuenta estos aspectos. De lo contrario, pueden correr el riesgo de estereotipar y el servicio de salud mental puede resultar inapropiado o sin valor. La persona puede sentirse invalidada, maltratada, incomprendida e incluso oprimida por personas cuya intención es proporcionar cuidado.

Por lo tanto, es importante mejorar las competencias culturales. Dado que en ocasiones los sistemas de salud se adhieren a valores monoculturales o etnocéntricos y como resultado, el apoyo puede ser insuficiente, revictimizando al sobreviviente o condicionándolo a una especie de “normalidad” que no responde a la identidad cultural de las minorías.

Los profesionales de salud mental o ayudantes no son inmunes a los prejuicios, estereotipos y juicios de valor de la mayoría. Tener en cuenta esto, es el primer paso para mejorar el acceso a la salud mental para los grupos minoritarios en todo el mundo. Los traumas causados por guerras y conflictos a menudo se suman a otros traumas causados por la discriminación en el sistema de salud

Otras estrategias para afrontar las desigualdades étnicas al proporcionar atención psicológica a personas que pertenecen a un grupo minoritario es desglosar los diferentes obstáculos. Como los prejuicios, las ideas equivocadas basadas en barreras lingüísticas u otras barreras no verbales basadas en malentendidos culturales. Además de proporcionar competencias sobre identidad y la conciencia cultural, y estar conscientes de nuestra propia posición dentro de la sociedad mayoritaria, esto es esencial para abordar esas desigualdades.

En cuanto a los obstáculos estructurales y sistémicos, es necesario trabajar a nivel político y/o de políticas públicas. Esto puede incluir mejorar la prestación de servicios de salud mental para grupos minoritarios mediante la inclusión de adaptaciones institucionales que promuevan la justicia en el sistema de atención médica. Pautas que reduzcan las barreras administrativas y lingüísticas para el cuidado, y prácticas que mejoren el conocimiento de los pacientes sobre sus propios derechos y deberes como participantes en el proceso de atención.

En muchas partes del mundo, el acceso a la atención de salud mental es escaso e inestable, pero la conciencia de los obstáculos es uno de los pasos más importantes para cambiar la situación. Independientemente de la precariedad de los sistemas de atención médica, los profesionales o ayudantes deben ser conscientes de la necesidad de tener en cuenta la identidad cultural y tratar de comprender cómo la cultura afecta la forma en que vemos los problemas psicológicos. Esto es esencial para los trabajadores humanitarios extranjeros que brindan apoyo psicosocial en contextos de guerra, conflicto o migración forzada. Y es una forma de asegurarse de que tengan acceso a los derechos humanos fundamentales mencionados anteriormente.

Un ayudante consciente está cómodo con las diferencias que existen entre él/ella y los demás, y se da cuenta de que la incomodidad con las diferencias puede dificultar una relación terapéutica efectiva.

Además, ellos respetan la religión y las creencias espirituales de los demás. Evitan hacer evaluaciones críticas de individuos cuyos sistemas de creencias difieren de los suyos propios. Son conscientes de que vivimos en un entorno pluralista y que son parte de una sociedad multicultural.

Los profesionales de salud mental conscientes de la cultura, con conocimiento sobre las estructuras familiares y comunitarias de las minorías, pueden marcar una diferencia vital.

Aquí encontrarás literatura relacionada con este tema, además de herramientas prácticas para mejorar como ayudante dentro y fuera de los grupos minoritarios en contextos de guerra, conflicto y migración.